¡Bailar hasta el Cielo! Mi Sueño de Baile Cubano
- Beatriz Alvares
- 13 jun
- 2 Min. de lectura

¡Hola a todos! ¡Soy yo, Beatriz, y de verdad que estoy súper contenta de escribir para ustedes de nuevo! La última vez les conté un poquito de mí, y de cuánto quiero a mi Cuba, y de mis sueños grandes. Hoy, quiero contarles de los shows aquí, esos en los que bailo, y de lo que se siente de verdad, ¿sabes?
Aquí en Cuba, sobre todo donde trabajo en los hoteles, siempre hay shows. ¡Música, colores, unos vestuarios increíbles, y un montón de baile! La gente viene de todas partes del mundo, nos ven, y sonríen y aplauden. Es lindo hacer feliz a la gente con nuestra música. Pero lo que no siempre ven, es la intensidad. ¡Ay, la intensidad! Cuando empieza la música, y estás en ese escenario, no es solo mover los pies. No, qué va. Es como si la música te agarrara el cuerpo entero, el corazón, el alma. Cada paso, cada giro, cada gota de sudor, todo es parte de la historia que estás contando.
Y créeme, ¡se suda un montón! Después de un show, mi pelo, mi ropa, todo está empapado. Como si acabara de salir del mar, ¿tú sabes? No es fácil, bailar así, con tanta energía por tanto tiempo. Los músculos te queman, los pulmones sienten que están trabajando a mil. Pero cuando terminas, la música para, y la gente aplaude, es como magia. Todo ese dolor, todo ese sudor, simplemente… se esfuma. Porque le pusiste el corazón, y la gente lo sintió.
Para ser bailarina aquí, para llegar a los shows buenos, no es para cualquiera. Tienes que desearlo de verdad, de verdad. Veo a muchos jóvenes, como yo, que les encanta bailar. Vienen a las clases, practican y practican. Pero los que lo logran, los que llegan al escenario, son los que no se paran. Incluso cuando les duele, incluso cuando están cansados, incluso cuando el maestro dice "¡otra vez, otra vez, otra vez!". Ellos siguen dándole duro. Porque este sueño, es como una candela por dentro. Solo el fuego más fuerte puede llegar a la cima.
¡Y para mí, mi fuego es grande! Muy, muy grande. Me encantan mis shows aquí, y me encanta mi Cuba. Pero mi sueño más grande, ese que me hace practicar incluso cuando tengo los pies cansados, es ver mi nombre. ¡Mi nombre, Beatriz Alvares, en una pantalla grande! Como en una película, o quizás en un show en Nueva York, en Broadway. ¡Ay, eso sería de verdad, de verdad asombroso! El corazón me va a mil solo de pensarlo.
Es un sueño grande, quizás un poco loco, para una muchacha de Cuba como yo. Pero cuando bailo, cuando siento la música y el sudor, sé que es posible. Porque cuando le pones todo lo que tienes a algo, cuando vives para eso, entonces quizás, quién sabe, el cielo no es el límite. Es solo el comienzo.
¡Hasta pronto!
Be.
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